Los medios de comunicación son en general un factor que influye en la formación de niños y jóvenes ya que son fuentes relevantes de información y entretenimiento. En especial, los medios audiovisuales proponen un discurso con características diferenciales en relación a los discursos predominantemente lingüísticos que propone la escuela. Profundizaremos en esta oportunidad en los medios audiovisuales y especialmente en los usos educativos del video.
Definición de vídeo educativo
El vídeo es uno de los medios didácticos que, adecuadamente empleado, sirve para facilitar a los profesores la transmisión de conocimientos y a los alumnos su asimilación.
Podemos definir un vídeo educativo como aquel que cumple un objetivo didáctico previamente formulado.
(Esta definición es tan abierta que cualquier vídeo puede considerarse dentro de esta categoría.)
M. Cebrián (1987) distingue entre cuatro tipos de vídeos diferentes:
Curriculares: se adaptan expresamente a la programación de la asignatura;
De divulgación cultural: su objetivo es presentar a una audiencia dispersa aspectos relacionados con determinadas formas culturales;
De carácter científico-técnico: se exponen contenidos relacionados con el avance de la ciencia y la tecnología o se explica el comportamiento de fenómenos de carácter físico, químico o biológico;
Vídeos para la educación: que son aquellos que, obedeciendo a una determinada intencionalidad didáctica, son utilizados como recursos didácticos y que no han sido específicamente realizados con la idea de enseñar.
M. Schmidt (1987) también nos ofrece su propia clasificación. En este caso, en función de los objetivos didácticos que pueden alcanzarse con su empleo.
Instructivos: su objetivo es instruir o lograr que los alumnos dominen un determinado contenido;
Cognoscitivos: pretenden dar a conocer diferentes aspectos relacionados con el tema que están estudiando;
Motivadores: para disponer positivamente al alumno hacia el desarrollo de una determinada tarea
Modelizadores: que presentan modelos a imitar o a seguir
Lúdicos o expresivos: destinados a que los alumnos puedan aprender y comprender el lenguaje de los medios audiovisuales.
La potencialidad expresiva de un medio didáctico audiovisual es la capacidad que éste tiene para transmitir un contenido educativo completo. Está condicionada por las características propias del medio, es decir si es auditivo, visual o audiovisual; y por los recursos expresivos y la estructura narrativa que se haya empleado en su elaboración. Así, un vídeo, a priori, tendrá mayor potencialidad expresiva que una diapositiva que se limite a reproducir un referente real. Y, a su vez, ese mismo vídeo tendrá una mayor o menor potencialidad expresiva en función de qué elementos expresivos audiovisuales utilice y cómo los articule en la realización.
En esta línea, y referido exclusivamente a los vídeos educativos, se pueden distinguir tres niveles de potencialidad expresiva:
Cuando son una sucesión de imágenes de bajo nivel de estructuración (Cabero, 1989 y De Pablos, 1986) que sirven de apoyo o acompañamiento a la tarea del profesor y no constituyen por sí solos un programa con sentido completo. El vídeo no tiene una forma didáctica. Es una sucesión de imágenes ordenadas.
La sucesión de imágenes y sonidos transmite un mensaje completo, pero carece de elementos sintácticos que ayuden a la comprensión de los conceptos y a la retención de la información que el vídeo suministra.
Estos vídeos, los más habituales, necesitan la intervención del profesor en distintos momentos de la sesión y el concurso de materiales complementarios que aclaren distintos aspectos del contenido. Dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje suponen un refuerzo del profesor en la fase de transmisión de información y del alumno en la fase de verificación del aprendizaje. Puede ser cualquier vídeo, pues no es necesario que presente una determinada estructura narrativa o utilice ciertos elementos expresivos, basta con que aporte información y ésta sea considerada útil por el profesor. La potencialidad expresiva media es más propia de los vídeos de tipo cognoscitivo, según la terminología empleada por M. Schmidt (1987).
Son vídeos elaborados en forma de videolección, donde se plantean unos objetivos de aprendizaje que deben ser logrados una vez que ha concluido el visionado. En esta categoría podemos incluir los vídeos que M. Schmidt (1987) define como Instructivos, es decir, los que presentan un contenido que debe ser dominado por el alumno, y Modelizadores, mediante los cuales al alumno se le propone un modelo de conducta que debe imitar una vez concluido el visionado.
Estos vídeos, por sí solos, son capaces de transmitir un contenido educativo completo. Están especialmente diseñados para facilitar la comprensión y la retención del contenido. Su alto nivel de estructuración les otorga una estructura narrativa sencilla de asimilar y donde cada una de las secuencias o bloques temáticos están debidamente estructurados. Están presentes, además, una serie de elementos sintácticos que ayudan a la transmisión y retención del mensaje. Tales como imágenes construidas a la medida de los conceptos que están explicando (reales o de síntesis), locución que complementa a las imágenes, elementos separadores de bloques y secuencias, indicadores previos o a posteriori que estructuran el contenido y ayudan a la retención, repeticiones intencionadas, ritmo narrativo vivo pero no acelerado, música, efectos de sonido, etc.
Juan Luis BRAVO RAMOS, ¿Qué es el vídeo educativo? ICE de la Universidad Politécnica de Madrid
Actividad:
Utilizando el formulario de "agregar contenido" disponible a continuación... buscar en you tube, un ejemplo de cada uno de los casos descriptos según la clasificación de Schmidt y explicar brevemente de qué forma los utilizarías en una actividad.